Los hechos han ocurrido esta mañana, alrededor de las 10 horas, en las oficinas que la promotora Gesfesa tiene en el número 6 de la calle Pizarro, en pleno centro de la ciudad de Valencia, cuando un hombre después de discutir con los empleados, se ha rociado con un líquido que parecía inflamable y ha amenazado con prenderse fuego.

Los agentes que han acudido tras el aviso han mostrado su peor cara. Han impedido el trabajo de los gráficos con muy malos modos, los superiores (si lo son, porque ni siquiera han querido identificarse) se han mostrado arrogantes y mal educados con los periodistas. Se ha dado el caso de que mientras aludían a un presunto cordón policial y a razones de seguridad, los peatones caminaban plácidamente entre los policías que empujaban a los periodistas al grito de “porque lo digo yo”.

Una vez se han retirado los agentes y se han llevado al hombre en ambulancia, un portavoz policial ha intentado mediar en el conflicto que se había generado entre los profesionales de la información y el cuerpo de seguridad nacional. El portavoz policial ha pedido a los periodistas que intentaran identificar, en la medida de lo posible, a los policías. Los fotoperiodistas en ese momento le han mostrado imágenes de algunos de los agentes implicados.

Después de 37 años de democracia, debería ser innecesario recordar a las fuerzas policiales que no pueden impedir a los profesionales de la información tomar imágenes de un hecho noticioso y mucho menos tratarlos con desprecio cuando están ejerciendo su derecho a informar. La Unió de Periodistes Valencians ha solicitado una reunión urgente con la Delegada del Gobierno en Valencia, Paula Sánchez de León, para pedirle que actuaciones como éstas no se vuelvan a repetir.