AI Bit Invest AI Bit Invest Casibom

Un aniversario con poco para festejar

Todos los 7 de junio, los periodistas de la Argentina conmemoramos nuestro día. Ha sido instituido en recordación de la creación, en tiempos de la Revolución de Mayo que derivó en la independencia nacional, de La Gaceta de Buenos Aires, bajo inspiración de Mariano Moreno, caracterizado como el más jacobino de los líderes de entonces.


La figura de Moreno, comprometido hasta el tuétano en una gesta de la que no vio cómo terminó (murió en circunstancias sospechosas en alta mar, pocos meses después del 25 de mayo de 1810), es levantada como la imagen del periodista comprometido con un ideal, que utilizaba la herramienta de la tinta y el papel para difundir sus ideas. Es indiscutible el valor histórico de su enseñanza, casi tanto como que su trabajo podría calificarse hoy antes como propagandístico que como propiamente periodístico.

Ocurre que los contextos y momentos históricos son imposibles de trasladar, por más intentos que se hagan. Han cambiado muchos criterios y estándares de trabajo profesional de las noticias en los últimos 200 años. Y enhorabuena que así haya sido. Sin embargo, de pronto, en la Argentina estamos atravesados por encolerizados debates sobre si el compromiso de los periodistas debe ser con el público que busca la verdad en las noticias o con una determinada ideología, que nos alejan de nuestra labor contemporánea y parecen llevarnos nuevamente a dos siglos atrás. Y esta situación se generaliza en múltiples escenarios, al punto que es imposible actualmente responsabilizar a un solo sector de este complejo entorno.

La realidad profesional nos genera, desde el Foro de Periodismo Argentino (Fopea), una enorme preocupación. Somos una entidad profesional que reúne a unos 320 periodistas de todo el país, con cobertura nacional, y los escenarios locales poco difieren de un sitio a otro: intolerancia al disenso, imposibilidad de debatir, reacciones violentas contra quien hace una pregunta que incomoda, ausencia de espacios de búsqueda de consensos e inexistencia generalizada de conferencias de prensa institucionales, completan un cuadro que nos permitió concluir, sin temor a equivocarnos, que hemos tenido muy poco por festejar.

Las dificultades crecientes para ejercer con libertad nuestra profesión (ésa que orgullosamente hemos elegido), con agresiones físicas y verbales y limitaciones inconstitucionales mediante, no nos alejan del objetivo que buscamos de hacer un periodismo ético, de calidad y al servicio de los ciudadanos, para que accedan a la mejor información para tomar sus decisiones soberanas. Para ello, hemos encarado diversas campañas que involucran, directamente, a los poderes del Estado en sus más diversas manifestaciones, y a quienes los conducen en la actual coyuntura. La lista contempla diversos y complementarios escenarios:

– La institucionalización de conferencias de prensa regulares por parte de todos los estamentos del Estado y en todas las jurisdicciones.

– La eliminación de todo tipo de bloqueo informativo contra periodistas por parte de los funcionarios públicos.


– La sanción de normativas nacionales y locales de Acceso a la Información Pública; de la distribución de la publicidad oficial; de manejo de los medios públicos de comunicación y de protección de la Libertad de Conciencia de los periodistas.

– El diseño y ejecución de políticas efectivas de trasparencia en cuanto a la distribución de licencias en radio y televisión.

– Los reclamos a las empresas que manejan los medios de comunicación a respetar los derechos laborales de los periodistas (incluyen el recibir una remuneración digna), y los principios éticos y de calidad que deben cumplir, para no confundir sus intereses (comerciales, políticos o de cualquier índole) con el deber informativo.

– Y el pedido a los propios periodistas de un uso responsable de la herramienta invalorable que es la comunicación con los ciudadanos.

En el Día del Periodista, tal como afirmamos hace 10 años, desde FOPEA reiteramos que sin Democracia no hay Periodismo, y sin Periodismo no hay Democracia.

Compártelo en: