Sí, nos vamos. Nos vamos sin querer, pero nos vamos. Nos vamos después de casi seis años contando la vida de este país. Después de haber compartido más cerca que nadie los buenos, los regulares y los malos momentos de millones de personas. Después de haber conseguido, desde el respeto y la educación, ser una referencia informativa y de entretenimiento para todos aquellos que nos ven cada tarde. De ser una esperanza, para muchos la última, de que las voces de las personas comunes se escuchen en una televisión. Y no en cualquiera; en su televisión. En la televisión pública. Hemos tenido ese referente, el de servicio público, en cada uno de los reportajes y directos del programa. En cada minuto de los miles que emitimos.
Quizás por eso nos duele al irnos, cierta alegría de compañeros de TVE. Compañeros no de empresa; somos Mediapro, es cierto, pero sí de horas y horas trabajando codo con codo. Que los ”compañeros” de los sindicatos de Televisión Española hablen de “alegría” por el fin del programa, nos llena de pena. Primero por las familias de las casi doscientas personas que nos quedamos sin trabajo en un momento durísimo para el sector audiovisual. Es repugnante escuchar esa palabra, alegría, junto con la noticia de no renovación porque durante estos seis años hemos intentado inyectar brío y ganas en muchas redacciones anquilosadas y con esquemas de trabajo nada adaptadas al escenario audiovisual que estamos viviendo. Y lo conseguimos con casi todos, excepto con algunos “compañeros sindicalistas” que hoy se “alegran” porque nos quedamos sin trabajo.
Porque hemos comprobado sobre todo en la última etapa, en la que compartíamos medios técnicos, que los equipos motivados son capaces de sacar adelante casi cualquier cobertura. Y así queríamos seguir. En una modélica colaboración entre la que debe ser motor del sector audiovisual, Televisión Española y una productora privada, Mediapro, que ha demostrado ser capaz de adaptarse a la realidad del sector ajustando los costes hasta límites que hacían de España Directo un programa nada caro; algo que cualquiera que esté en el medio, puede acreditar.
Nos vamos sin compartir la supuesta pérdida de audiencia a la que también se alude como motivo de la no renovación. Es evidente que el share del programa ha caído en los últimos años debido a la imparable fragmentación de la audiencia televisiva, pero seguimos siendo el segundo programa más visto de la tarde. Y lo hacemos con una temática creemos que imprescindible. España Directo es de la gente. Son los ciudadanos los que crean el programa. Aquellos que sostienen económicamente TVE se quedan sin una ventana que siempre abrimos para contar pequeños y grandes problemas, minúsculas e inmensas alegrías. La vida, la de verdad, la de todos los días,se queda sin un espejo en el que cada tarde se veían millones de personas.
Nos vamos sin querer. Pensando en todas las luchas político- empresariales que sabemos hay alrededor de nuestro programa. Que conocemos y lamentamos como trabajadores, pero sobre todo como personas que llevan seis años recorriendo un país. En coche, avión , tren, autobús, barco y a pie. Hemos ido a todos los sitios. Hemos hablado con y escuchado a toda clase de gente. Y sabemos, dicho con una humildad infinita, lo que piensan los ciudadanos. Porque nuestro trabajo es escucharlos. Los ciudadanos no saben de grupos empresariales en lucha con otros, de partidos políticos que apoyan a uno u otro medio, no les preocupan las guerras. Quieren que se les escuche. Quieren solución para sus problemas diarios. Y España Directo intenta dársela. Por eso no queremos irnos.
Porque no queremos perder nuestro trabajo, es evidente. Pensamos que España Directo es imprescindible en una televisión pública. Y TVE presume de serlo. Quién produzca el programa es una decisión que, como trabajadores, no nos atañe ni nos preocupa. Que no haya programa, sí y mucho. Porque son muchos los profesionales del medio que durante seis años han pasado por el programa, dejando lo mejor de ellos mismos y hoy no entienden esta decisión. Por eso hacemos público este comunicado. Para que quien ha tomado la decisión de la no renovación piense en lo único que durante estos seis años nos ha preocupado a los que en él trabajamos. Las personas que cada tarde nos ven.