AI Bit Invest AI Bit Invest

“No se mata la verdad matando periodistas”

Los profesionales del periodismo y de la salud centran la acampada en protesta por la situación de Gaza que mantienen los estudiantes de la Universidad Complutense de Madrid

Gaza UniEl pasado 29 de mayo, tenía lugar en la entrada de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid una protesta por el asesinato de periodistas en Gaza. Esta queja se enmarcaba en la acampada que protagonizan los estudiantes y que engloba una serie de acciones que buscan destacar la gravedad de las muertes de distintos tipos de profesionales en el conflicto bélico que se vive en la Franja.

“Nos centramos, concretamente, en profesionales de la salud y periodistas. No sólo mueren en el ejercicio de sus labores, con sus batas o sus chalecos puestos, sino que son asesinadas justamente por ello, porque estas labores son especialmente problemáticas para el desarrollo del genocidio: unas salvan vidas y otras cuentan la verdad de lo que está ocurriendo, nada más inconveniente para el régimen israelí”, explica María Prieto, representante de los estudiantes de la Facultad de Ciencias de la Información.

La acción del 29 de mayo incluyó la lectura de un manifiesto por parte de Cecilia Soto, estudiante de periodismo, junto al profesor de la Facultad y presidente de la sección española de Reporteros Sin Fronteras, Alfonso Bauluz, mientras otros participantes en la protesta, ataviados con chalecos azules o carteles con la palabra “PRESS”, fingían estar muertos y dos estudiantes vestidos como periodistas de guerra sujetaban una pancarta con el lema “NO SE MATA LA VERDAD MATANDO PERIODISTAS”.

La acampada, estudiantil aunque abierta, persigue como objetivo la ruptura de relaciones de las universidades madrileñas con instituciones israelíes o que financian el genocidio.

“En el caso de las acciones en Ciencias de la Información y en Medicina, la idea es ejercer presión por medio de lo concreto. Cuando hablamos de relaciones, estados e instituciones parece que todo se queda en el aire, como entes inmateriales. Pero las cifras de periodistas y médicos asesinados son concretas y apelan directamente a una parte de la Universidad (a las facultades correspondientes) que se dedica a formar a los futuros periodistas y médicos. Es difícil mirar a otro lado cuando tus compañeros de profesión están muriendo por ejercer el mismo oficio que a ti te da de comer”, afirma María Prieto, para quien la acampada “ha sido un mes de aprendizaje constante”.

Sin embargo, María se declara “decepcionada” por la escasa implicación del alumnado de Ciencias de la Información  en estas movilizaciones. “En la Facultad hay más de 4.000 estudiantes y en la acampada éramos menos de 10. La participación es menor del 0,25%”, añade.

No ocurre lo mismo con el profesorado que ha prestado su apoyo a las acciones de protesta de forma significativa. Es el caso de Eva Aladro, catedrática de Teoría de la Información en la Facultad de Ciencias de la Información de la Complutense desde hace 30 años, a la que la situación que se vive en Palestina le afectó profundamente. “Como conocedora de la cultura árabe me sentí especialmente próxima al pueblo palestino. Y como periodista, además, el modo como está afectando esta agresión a los informadores en aquel país me pareció  gravísimo.  Todo ello me llevó a solidarizarme con los estudiantes en sus protestas universitarias y, como profesora, a apoyar desde mi papel estas acciones”.

Desde que comenzó la acampada, los docentes ayudaron a los estudiantes con sus medios, les apoyaron con charlas in situ, e incluso en turnos de vigilancia en el terreno. “Los profesores además estamos cohesionados en una Red Universitaria de la Comunidad de Madrid por Palestina en la que llevamos a cabo diversas iniciativas: la última, muy exitosa, ha sido recoger las firmas contra el genocidio de cerca de 200 grupos de investigación de todas las universidades españolas”, explica Aladro.

“Muchos compañeros respaldan firmemente las iniciativas porque, como decía, la situación afecta profundamente a los informadores y profesionales de medios de allí y a los corresponsales y expertos en este área.  Es un gran honor que Reporteros Sin Fronteras, por ejemplo, que cuenta con docentes excelentes de nuestra Facultad, nos haya respaldado firmemente”, añade la profesora.

Los estudiantes y los profesores han enumerado las 5 reivindicaciones dirigidas a las Universidades desde sus movilizaciones: el respaldo de un Alto el Fuego incondicional, la condena de la actuación de Israel en este conflicto, la lucha contra la industria armamentística y de tecnologías de información que subyace a la actuación en la zona y que está imbricada en las investigaciones en la Universidad y el bloqueo de toda colaboración en este sentido con empresas e instituciones que se lucran con ello. La medida positiva es la ayuda y colaboración con los académicos e investigadores de Palestina que han perdido sus campus.

En cuanto a la aportación de las universidades en las protestas, su actitud “ha sido motivo de desesperación”, según María Prieto, para quien, “a pesar de todo esto, de los conflictos internos, de la frustración tras cada intento de negociación con las universidades, ha merecido la pena por cada mensaje que nos llegaba de familias palestinas y colectivos dándonos las gracias, diciendo que nuestros esfuerzos les daban esperanzas para seguir luchando. Es un objetivo que no había contemplado, pero que apareció uno de los primeros días y dio sentido al resto de la acampada por encima de burocracias universitarias y de conflictos entre asociaciones. Oír voces palestinas, agradecidas y resilientes, dando y recibiendo apoyo. Saber que, independientemente de los resultados, estas acampadas estaba teniendo efecto en las personas por las que estábamos acampando”.

Compártelo en: