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Lydia Cacho: “Nos jugamos la vida”


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Lydia Cacho. /P.MORENO

“Nos estamos jugando la vida”, con estas palabras ha argumentado Lydia Cacho la dedicatoria del I Premio Internacional de Periodismo Manu Leguineche que ha brindado a todos los periodistas mexicanos asesinados por el crimen organizado. “Por ellos y ellas, nuestros muertos que defendieron el derecho a conocer la realidad que lacera a mi país“, ha señalado.

Lydia Cacho ha reconocido el “peso específico” del galardón otorgado de manera conjunta por la Diputación de Guadalajara y la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), que ha valorado “tanto por proceder de la organización profesional que agrupa a los colegas españoles como por su carácter internacional”.

“El presidente de mi país, Felipe Calderón, tendría que reaccionar frente al mensaje que emiten este tipo de premios y dedicar mayores esfuerzos a la protección de los periodistas mexicanos”, ha urgido Lydia Cacho, en conversación telefónica desde Cancún, donde fundó el Centro Integral de Atención a las Mujeres, en sintonía con su compromiso por los derechos humanos y contra la violencia doméstica y sexual de las que son víctimas mujeres y niños.

Cacho ha resultado galardonada por su trabajo de investigación y denuncia de las violaciones de los derechos humanos y explotación sexual de mujeres y niños, según ha motivado el jurado del Premio, cuyo presidente de honor es el propio Manu Leguineche. Los profesionales encargados de emitir el fallo –reconocidos periodistas como son Vicente Romero, Montserrat Domínguez, Marisa Ciriza, Felipe Sahagún, Paco Audije, Carlos Sanz, Miguel Ángel Aguilar y Nemesio Rodríguez, – han valorado su capacidad para ejercer el periodismo “de una forma valiente y decidida, en un contexto de hostigamiento promovido en algunos casos por instituciones oficiales”.

El premio, que es un homenaje a la figura del periodista vasco asentado en Brihuega (Guadalajara), está dotado con 20.000 euros. Lydia Cacho ha confirmado que donará parte del premio al Centro Integral de Atención a la Mujer (CIAM) de Cancún y que el resto lo utilizará para comenzar su nuevo libro, para el que buscaba financiación.

El Premio de Manu Leguineche
La periodista se ha sentido muy honrada al recibir un galardón acreditado con el nombre de Manu Leguineche, a quien dijo no conocer personalmente pero de quien aseguró poseer notables referencias periodísticas proporcionadas por la lectura de su trabajo.

Perseguida y amenazada de muerte
Lydia Cacho saltó a la luz pública por una denuncia penal en su contra, interpuesta por un supuesto delito de difamación contra el empresario libanés Kamel Nacif Borge, implicado en la trama de pederastia que la periodista reveló en el libro Los demonios del Edén (Grijalbo, 2005). Conocida en el mundo entero tras ser ilegalmente detenida y encarcelada en 2005 por denunciar la participación de las autoridades de Puebla (México) en la misma red de pederastia, está convencida de que implicar a toda la sociedad es clave para acabar tanto con esta lacra como con otras formas de violencia. Absuelta por los cargos de los que le acusaba Nacif Borge, Cacho enfrenta una nueva denuncia por difamación presentada por otro de los implicados en el caso, Jean Succar Kuri.

Su último trabajo, Esclavas del poder (Debate, 2010), profundiza en esa línea de investigación hasta ofrecer un detallado mapa de las redes de prostitución que someten a niñas y mujeres en todo el mundo.

Quienes elegimos un periodismo que tiene una perspectiva de derechos humanos, un periodismo social, sabemos que en países como México nuestra integridad pende de un hilo”, ha declarado Lydia Cacho, al tiempo que ha recomendado a quienes como ella trabajan “con el chaleco antibalas puesto” que hagan públicas las agresiones porque eso significa “no ceder ante las presiones del poder”.

La Asociación de la Prensa de Madrid (APM) y la FAPE le concedieron en 2008 sendos carnés de asociada (7.038 y 26.397, respectivamente). Esos números acreditan la condición de periodista que los poderosos han querido arrebatarle haciendo uso de métodos legales e ilegales. “Para mi país, decir la verdad es delito”, ilustró entonces la galardonada.

El infierno de ejercer en México
México es el quinto país más violento de América Latina según el Índice Global de Paz y el segundo más peligroso del subcontinente para ejercer el periodismo, después de Honduras, que atesora el tétrico primer puesto, con 11 periodistas asesinados desde el Golpe de Estado de 2008.

Desde que el presidente Felipe Calderón asumió el poder y anunció su “guerra contra el narcotráfico”, 38 periodistas mexicanos han sido asesinados. “Al menos ocho de ellos, en represalia directa por la cobertura de actividades delictivas y hechos de corrupción”, según denuncia el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés), en el informe Silencio o muerte en la prensa mexicana, publicado en julio de este año.

En los últimos diez años, el cómputo global de periodistas asesinados en México asciende a 69, en cifras de la organización internacional Reporteros Sin Fronteras (RSF).

La FAPE se sintió obligada, el agosto pasado, a urgir al Gobierno de Felipe Calderón a habilitar mecanismos que acaben con la campaña de violencia contra periodistas y medios mexicanos, objeto de continuos ataques por parte del narcotráfico y el crimen organizado, al estallar un explosivo en la sede de Televisa en Ciudad Victoria, la noche del 26 al 27 de agosto. Esta fue la tercera bomba dirigida a un medio de comunicación en diez días, después de los atentados perpetrados la madrugada del 14 al 15 de agosto en Matamoros y Monterrey.

El clima de violencia es tal que los periodistas mexicanos salieron de forma masiva a la calle el 5 de agosto pasado para reivindicar medidas de seguridad que les permitieran ejercer su trabajo con libertad. “Los queremos vivos”, en referencia a los 11 periodistas que permanecen secuestrados y “Por tu derecho a saber y por mi derecho a informar” fueron los lemas de las manifestaciones que recorrieron varias ciudades de México.

El acto de entrega del I Premio de Periodismo Manu Leguineche tendrá lugar el próximo mes de noviembre en Guadalajara.

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