Desde el SNRP agradecen los esfuerzos para mejorar la situación de la libertad de prensa en México, especialmente a organizaciones internacionales como la FIP, la FEPALC y la FAPE
El comité ejecutivo nacional del Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa (SNRP) publicó un comunicado para exigir de nuevo a las autoridades gubernamentales que concreten acciones eficientes para acabar con las agresiones a periodistas que persiste en México y también para que se aclaren los asesinatos de compañeros, trece en el pasado año 2017.
Los periodistas mexicanos también comparten la preocupación de la Organización de las Naciones Unidas y de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que se han sumado a la larga lista de organizaciones que consideran urgente llevar a cabo acciones de protección a la prensa en México. Según indicaron en dicho comunicado, “las agresiones contra periodistas se multiplican, no sólo a través de ejecuciones, sino también en forma de amenazas y agresiones”.
La impunidad es otro de los males que contribuye a este deterioro social, por lo que el SNRP hace un llamamiento para que instancias internacionales se sumen para reforzar la deficiente labor desempeñada por las autoridades locales. En este sentido, el sindicato que agrupa a la mayor parte de los periodistas mexicanos, agradece todos los esfuerzos para mejorar la situación de la libertad de prensa en México, muy especialmente a organizaciones internacionales como la FIP (Federación Internacional de Periodistas), la FEPALC (Federación de Periodistas de América Latina y Caribe) y a la FAPE, de España.
En este comunicado se dirigen una vez más a la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión (FEADLE) para que informe a las diferentes agrupaciones de la situación respecto a los crímenes contra periodistas y sus hipotéticos avances .
Según datos de la UNESCO, el 90% de los casos de asesinatos de periodistas en todo el mundo siguen impunes. En el 2016, al menos 102 periodistas fueron asesinados.
Más de la mitad de los crímenes ocurrieron en países donde no había conflictos armados y el 94% de las víctimas eran profesionales locales que informaban sobre su comunidad.