En Castilla-La Mancha 184 personas fallecieron por suicidio en 2022, 18 en la provincia de Cuenca. Visibilizar estos datos es necesario para que la sociedad sea consciente de este grave problema de salud pública

La Asociación de la Prensa de Cuenca (APC) en colaboración con la Asociación Papageno (Asociación de Profesionales de Prevención y Posvención del suicidio) han impartido un taller formativo titulado “Cómo informar sobre el suicidio” que se desarrolló el pasado 18 de enero en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Castilla-La Mancha.

El periodista Guillermo Córdoba Santos, especializado en el tratamiento informativo del suicidio, y la psicóloga Esmeralda Araque Cubero, especialista del grupo provincial de Intervención en Emergencias, fueron los encargados de impartir este taller en el que participaron una veintena de periodistas, así como representantes de la Asociación ACUDO (Asociación de Acompañamiento en el Duelo en Cuenca) y de la Asociación Parkinson Cuenca.

El suicidio ha sido un tema tabú en los medios de comunicación del que no se hablaba por temor al efecto contagio, también conocido, según explicó Guillermo Córdoba, como Efecto Werther (toma su nombre de un personaje de una novela de Goethe). Frente a este efecto contagio o imitación -añadió- “existe otro efecto positivo que puede contribuir a la prevención, es el llamado Efecto Papageno (nombre tomado de un personaje de la Flauta Mágica de Mozart) y que hace referencia a que un buen tratamiento periodístico de la información puede tener un efecto preventivo y reducir el número de muertes”. Es el caso -señaló Guillermo Córdoba- “de las noticias en las que hay un contexto, se citan recursos de ayuda como puede ser el teléfono 024 o el de la esperanza, se recurre a psicólogos y otros especialistas o se dan ejemplos de superación que invitan a pensar: si él o ella lo ha superado, ¿por qué yo no?”. “Es importante ofrecer alternativas y esperanza”.

Según Guillermo Córdoba, “es fundamental que los medios de comunicación presten más atención al suicidio, para que la sociedad conozca los datos, la información preventiva o la importancia de hablar de este tema para salvar vidas”.

Eso sí, añade el periodista, “hay que informar bien y evitar los detalles como el método y el lugar, tampoco hay que incluir fotografías ni videos del entorno donde se ha producido y es importante plantearse la pregunta de para qué informamos”.

Por su parte, la psicóloga Esmeralda Araque ofreció algunos datos de contexto. Así, en 2022 en Castilla-La Mancha fallecieron por suicidio 184 personas (el 79,9% fueron hombres) y 18 en la provincia de Cuenca (13 hombres y 5 mujeres). “Es la segunda causa de muerte por factores externos y las muertes por suicidio representan más del doble que por accidente de tráfico”, señaló.

Además del contexto, la psicóloga desmintió creencias erróneas “como que el que se quiere suicidar no lo dice, ya que está constatado que 9 de cada 10 personas mostraron claramente sus propósitos”. Otro falso mito, añadió, “es que sean enfermos mentales, ya que lo único cierto es que la persona que se suicida es una persona que sufre y solo desea acabar con ese sufrimiento”.

Esmeralda Araque explicó que “la conducta suicida es el resultado de una convergencia de múltiples factores y su causalidad no está completamente clara”. “Hay factores de riesgo como pueden ser un intento previo de suicidio; un trastorno mental (sobre todo la depresión); el abuso de drogas o alcohol; antecedentes familiares de suicidio o violencia; enfermedad física que implique dolor crónico o antecedentes de abuso sexual en la infancia”.

También habló del duelo en los familiares “que se ve afectado, entre otros motivos, por lo inesperado que haya sido o por cómo se recibe la noticia. De ahí que los medios de comunicación deban tener mucho cuidado en cómo contar la información y ponerse en el lugar de esas personas”.

MANUALES DE REFERENCIA PARA PERIODISTAS

Para el periodista Guillermo Córdoba, “cualquier momento es bueno para informar sobre el suicidio, no tiene que ser a raíz de un caso concreto y es importante dar visibilidad a los datos”. En este sentido, recomendó un manual de consulta titulado “En mis zapatos. Guía de recomendaciones para comunicar sobre suicidio”, editada por las asociaciones Papageno, La Niña Amarilla y AFASIB.

También aconsejó el libro Hablemos del suicidio. Pautas y reflexiones para abordar este problema en los medios,  del periodista Gabriel González Ortiz. En él responde a la pregunta de cuándo un suicidio es noticia. Según el autor, el 99% de los casos no lo son. Hay tres supuestos en los que sí son noticia: cuando el personaje es público o famoso; cuando el acto del suicidio provoca consecuencias públicas (se ve afectado un servicio de transportes, por ejemplo) o cuando alguna de las causas que se atribuyen al suicidio está vinculada a problemáticas sociales o de interés general como pueden ser los desahucios. En todos los casos “el periodista debe informar con rigor, respeto y responsabilidad porque es un tema complejo y muy delicado”, señala el autor. “Debemos romper nuestro silencio, como así lo reclaman todos los agentes de prevención, para reducir el tabú, el estigma y los estereotipos que envuelven a estas muertes invisibles”, explica.

SOBRE LOS PONENTES

Guillermo Córdoba Santos es un periodista especializado en el tratamiento informativo del suicidio en los medios de comunicación. Es socio fundador de la Asociación Papageno. Además, ha impartido numerosos talleres de formación a estudiantes de Periodismo y a periodistas.  Es coordinador del Proyecto de Periodismo Responsable de Papageno.

Esmeralda Araque Cubero es psicóloga y especialista del grupo provincial de Intervención en Emergencias desde 2003, primero con el Colegio Oficial de la Psicología y después con Cruz Roja. Desde 1999 desarrolla proyectos de intervención social, voluntariado y empleo en Cruz Roja y durante 6 años ha trabajado en la Oficina de Atención a las Víctimas de los Juzgados en Cuenca.

 Con este taller, la Asociación de la Prensa de Cuenca da respuesta a la demanda de formación manifestada por sus asociados para ampliar sus conocimientos sobre el tratamiento informativo del suicidio y contribuir así a su prevención, a acabar con el estigma y reducir el sufrimiento a las familias.