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Latinoamérica: la información asesinada

“En lo que va de año, 30 periodistas han sido asesinados en América Latina, la situación se deteriora día a día. No corren buenos tiempos para la libertad de prensa pero vais a tener que ser valientes y críticos”, afirmó Malén Aznarez, presidenta de Reporteros sin Fronteras- España en la inauguración de la mesa redonda Latinoamérica: la información asesinada, que se celebró el martes 8 de noviembre en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid. En la mesa participaron los periodistas Claudia Mendoza de Honduras, Luis Vivanco de Ecuador, Rosa Isela Pérez de México y Herbin Hoyos de Colombia.

La primera periodista en tomar la palabra fue Claudia Mendoza, que con 15 años de experiencia se ha especializado en su país en la denuncia de los casos de corrupción así como de hechos relacionados con ataques de los derechos humanos. Calificó a Honduras de uno de los países más peligrosos ya que desde el golpe de 2009 el poder acosa a los periodistas críticos. “Anteriormente, ya había indicadores alarmantes a los que no se hizo mucho caso”, denunció Mendoza. De hecho, en 2006 un grupo de periodistas entre los que figuraba la periodista comenzaron a investigar empresas de seguridad. Rápidamente llegaron las amenazas, denuncias, calumnias y finalmente el asesinato del abogado Dionisio Díaz García, asesor del citado grupo de periodistas, por un par de sicarios,de acuerdo a una nota de la sección española de Reporteros Sin Fronteras emitida ayer.

Claudia lo recuerda como un caos completo: “En un principio, ciertos medios de comunicación se abstrajeron de lo que estaba pasando, más tarde comenzaron las manipulaciones y el hostigamiento a los más críticos”. Dos años después, continúa la censura, la militarización de algún medio y el decomiso de equipos y cierres.

Mendoza alabó el papel de las radios comunitarias, seriamente acosadas por el poder y recordaba con dolor el asesinato del hijo de la rectora de la principal universidad hondureña a manos de la policía.

“Los asesinatos son la expresión más dura”, señaló. Tras animar a los estudiantes de periodismo presentes en la sala a que luchen por una auténtica libertad de expresión, relató como las maras (pandillas criminales) siguen impunemente pidiendo dinero a cambio de protección.

Corrupción

Herbin Hoyos, periodista en Caracol Radio, residente en estos momentos en España, narró cómo después de 17 días en manos de las FARC, creó el programa de radio Las voces del secuestro para conectar a los secuestrados con sus familiares.

Pero su trabajo no acabó ahí. A continuación comenzó a investigar quienes eran los autores de estas agresiones, por lo que acabó sufriendo un atentado. Su trabajo siguiente fue confeccionar una base de datos de todas las personas que estaban en manos de las FARC.

“En esos momentos cuando alguien era secuestrado, la gente comentaba que quizás fuera por algo, pero el programa de radio rompió con esa idea ya que detrás de cada familia había una historia que se relataba en la emisora.”, continuó Herbin Hoyos.

Fue entonces cuando el periodista comenzó a investigar por qué esas familias iban tan frecuentemente a la cárcel, cuando no tenían familiares presos sino secuestrados en la selva. Con el tiempo pudo descubrir que visitaban la prisión para llevar dinero a una oficina que se había abierto en la cárcel que manejaba las relaciones con los secuestradores. “La guardia de la prisión estaba comprada por la guerrilla, sigue explicando el periodista, y a partir de ahí comencé a denunciar la corrupción existente”.

Tras estas denuncias, Hoyos tuvo que abandonar su país pero gracias a su trabajo hay varios policías condenados a 25 años de prisión. “En total pude denunciar 142 extradiciones falsas a Estados Unidos con la consiguiente corrupción ya que los norteamericanos ofrecían 125.000 dólares por capo de la droga capturado. Ese dinero acababan repartiéndoselo los del servicio de la DAS y los de la agencia contra la droga estadounidense”, recoge RSF.

Luis Vivanco, jefe de información del diario La Hora de Ecuador, así como profesor de la Universidad Las Américas y autor del blog Periodismo desde mis ojos se lamentó de que en su país se están “agotando las instancias internas para reclamar la libertad de expresión”.

La ONG Fundamedios lleva denunciadas 412 agresiones físicas a los medios en este 2011, mientras que el Estado ha conseguido tener 19 medios de comunicación manejados directamente por el presidente Rafael Correa.

“Pero lo peor es que el gobierno ha logrado dividir al gremio periodístico, se lamentaba Luis Vivanco, y han convertido a algunos periodistas en espías de otros periodistas”. “En Ecuador no hay una oposición fuerte, añadía Vivancos, por eso la prensa independiente se ha convertido en la oposición y el Presidente quiere acabar con ella. Hoy por hoy, la corrupción solo se denuncia a través de la prensa”.

La Ley de Comunicación, el nuevo código penal y la ley antimonopolio hace que se vaya cercando el ejercicio del periodismo, “además de poner multas a empresas de 40 millones de dólares que son imposibles de pagar, lo que significa el cierre de ese medio”, comentaba Vivancos.

“Todos los periodistas tenemos requerimientos judiciales a la semana, seguía explicando el jefe de información de La Hora, por lo que muchos periodistas comienzan a preguntarse si vale la pena denunciar”. Su intervención finalizó comentando el caso gran hermano el cual tuvo una gran repercusión internacional.

Fabricio, hermano mayor del Presidente Correa fue acusado de cobrar cien millones de dólares por haber firmado varios contratos con el Estado. Dos periodistas denunciaron el caso y finalmente fue el presidente quien acabó pidiendo diez millones de dólares a los periodistas por mancillar su honra.

Mujeres, víctimas de la violencia

Pero sin duda, el relato más intenso de la jornada fue el de la periodista mexicana, Rosa Isela Pérez, refugiada en España, tras denunciar los crímenes generalizados contra mujeres en Ciudad Juárez.

“Hablar de periodismo en dicha ciudad es hablar de dificultades, de corrupción, de mafias y de intereses económicos y se siente rabia e impotencia” explicaba Rosa Isela, la cual comenzó a investigar estos temas no por propia iniciativa sino porque su medio de comunicación se lo adjudicó. En este tiempo dice que vio cosas muy duras, en especial “cómo dejaban los cuerpos de las mujeres y de las niñas”.

Poco tiempo después vivió en primera persona el secuestro de ocho mujeres, su violación y muerte. Amenazaron a las familias, asesinaron a dos de sus abogados y mataron a uno de los dos detenidos, que por otra parte eran inocentes. “Tras estos hechos, el gobierno orquestó una campaña contra todos los que habíamos denunciado el caso e incluso nos acusaron de sacar dinero con éste tema. Después llegó la censura, el acoso moral, el despido y la negativa de todos los medios de la ciudad a contratarme incluida la Universidad. Me acusaban de haber manchado la imagen de Ciudad Juárez”. La periodista hubo de solicitar asilo político, donde reside en la actualidad. Rosa Isela Pérez finalizó su intervención animando a los estudiantes de periodismo a ejercer con fuerza su profesión, “influye en la vida del mundo. Los periodistas extranjeros que han visitado mi ciudad ha sido para bien”. Pero, al mismo tiempo, se lamentó de la censura existente a la hora de hablar de las mujeres, “además el poder utiliza a ciertas mujeres para hablar mal de las mujeres que escriben del tema”, según figura en la nota de RSF.

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