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La presidenta de la FAPE denuncia la contracción del mercado periodístico y anima a los profesionales a responder con ética, rigor y calidad

“El periodismo atraviesa una crisis de identidad: un momento que invita a replantear estructuras que sufren horas bajas que, por fortuna, no son las esenciales de ética, rigor y calidad”, bondades y escollos de esta nueva era de la comunicación a los que la presidenta de la FAPE hizo referencia para presentar ante un aforo de periodistas y comunicadores argentinos, una de cal y otra de arena, el complicado momento por el que atraviesa el periodismo español.

Elsa González viajó hasta Buenos Aires cargada con una maleta repleta de malestar profesional, el de los periodistas españoles que observan como el mercado periodístico se contrae sin pausa, pero en la que también cupieron la autocrítica y las alabanzas dirigidas a los profesionales que mantienen calidad y credibilidad.

Invitada a participar en el VI Congreso del Foro de Periodismo Argentino, celebrado entre el 3 y el 5 de noviembre en la capital rioplantese, la presidenta de la FAPE repasó el estado de salud del periodismo español, con una pérdida de más de 4.200 empleos periodísticos en los últimos tres años, según datos del Observatorio de la Crisis de la FAPE. “El mercado periodístico está en contracción, mientras que las universidades españolas, más de 30, gradúan cada año a un número superior a los 2.500 alumnos, una cantidad imposible de absorber cuando la capacidad laboral en los medios no supera los 30.000 puestos de trabajo que ya están ocupados”.

En su alocución, hizo especial hincapié en la situación de los colaboradores o freelances, el 42% de los periodistas que de una u otra manera trabajan en medios españoles, denunció la caída en picado de las tarifas y tuvo palabras de agradecimiento por la información que sobre todo brindan los reporteros que cubren guerras o catástrofes, la mayoría freelance que adelantan los gastos de su propio bolsillo y viajan sin seguro ni otra cobertura mínima.

Crítica con los editores españoles a los que acusó de dormirse en los laurales y limitarse a reducir personal para abaratar la producción cuando les tocaba buscar estrategias financieras, cambiar formatos y adelantarse a los hábitos diferentes de lectura, también reprochó a los periodistas que aferrados a la nostalgia no se han adaptado a los nuevos en formación y áreas de trabajo lloren ahora por la leche derramada.

Con todo, Elsa González pronosticó que el periodismo saldrá reforzado de esta crisis con la gran oportunidad que representan las herramientas tecnológicas.

 

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