La Federación Internacionalde Periodistas (FIP) ya dispone de una nueva oficina regional en Buenos Aires en la que continuará desarrollandoprogramas de capacitación, campañas y nuevas iniciativas sindicales. Esta inauguración confirma elcompromiso de la organización con el crecimiento sindical en América Latina y marca una nueva fase de trabajo en el continente.

Elisabeth Costa, secretaria general de la FIP, ha declarado que, a través de esta nueva oficina se pretende “dar respuestas concretas a los retos del periodismo. Queremos hacer de América Latina un hogar más justo y seguro para el ejercicio profesional de los periodistas”. Al mismo tiempo, este emplazamiento representa, en palabras de Costa, “elreconocimiento de la FIP a los esfuerzos de su grupo regional, la Federación de Periodistas de América Latina y el Caribe(FEPALC)y de las organizaciones afiliadas, a las que la FIP apoya en las estrategias para lograr el fortalecimiento de los sindicatos en esta parte del mundo”.

Entre los objetivos de trabajo marcados para esta nueva oficia regional destaca el fomento de proyectos a favor de la igualdad entre hombres y mujeres, la apuesta por iniciativas para errradicar la impunidad ante los crímenes cometidos contra periodistas, la creación de mecanismos que contribuyan al cumplimiento de los derechos laborales y las medidas para alcanzar una mayor democratización de medios, entre otras metas.

El presidente de la FEPALC, Celso Schröder, se ha mostrado satisfecho por la apertura de la nueva sede, de la que espera que contribuya a atender las demandas de las distinas asociaciones; “esta oficina supone, además, una oportunidad para contrbiuir a la formación de los directivos de los distintos sindicatos”, declaró Schöder

Son grandes los retos para combatir la cultura de la impunidad, inseguridad y estigmatización sindical. Los periodistas en América Latina siguen siendo víctimas de amenazas de muerte, persecución, seguimientos ilegales, censura, autocensura, arrestos y detenciones arbitrarias. En las redacciones se registran a su vez frecuentes violaciones a los convenios colectivos, contrataciones que socavan los derechos laborales de los trabajadores, despidos masivos, o el cierre de las empresas mediáticas, en un panorama preocupante de alta concentración de medios de comunicación.

La situación empeora en América Latina gracias a la indiferencia gubernamental y la ineficacia de la justicia para investigar y condenar a los autores materiales e intelectuales de los crímenes cometidos contra profesionales de la profesión, lo que sitúa al continente entre las conas más peligrosas para el desarrrollo de la actividad periodística.En 2010, 35 periodistas fueron asesinados y en lo que va de año, 14 profesionales han muerto en la región. Entre los países con una con un índice mayor de crímenes contra periodistas figuran México, Honduras y Colombia.