Es así mismo inadmisible que las fuerzas de seguridad previstas para esta Marcha, contrariamente a lo que sucede en la inmensa mayoría de las manifestaciones públicas que se convocan y transcurren por la ciudad, no hayan podido evitar esta agresión a los periodistas ni garantizar así el ejercicio libre de la información ciudadana, dando lugar incluso a que determinadas personas de la organización de la Cabalgata, autores de la agresión, se erigieran responsables del orden suplantando su papel, informa la APS en un comunicado.
Rechazamos también de plano que esta violenta interrupción del ejercicio profesional de los periodistas pretenda ser minimizada por representantes del Ayuntamiento de Sevilla, por mucho que las consecuencias de las agresiones se redujeran a empujones, contusiones leves o arañazos. Se trata de hechos muy graves por cuanto coartan el derecho a la información por medio de la intimidación a los profesionales del periodismo y las instituciones democráticas tendrían que ser las primeras en condenar estos comportamientos repugnantes, vengan de donde vengan y depurar inmediatamente responsabilidades.
Por todo ello, la FAPE y la Asociación de la Prensa de Sevilla quieren hacer una llamada de atención ante la gravedad de lo acontecido y exigir que se adopten las medidas precisas por parte del Ayuntamiento y la Delegación del Gobierno para que ningún periodista vuelva a ser agredido mientras cumple con su trabajo informativo, imprescindible y básico en una sociedad democrática.