La Federación ha expresado su enorme satisfacción por este hecho, tras una angustiosa espera de casi dos años y medio
Tras dos años y cinco meses en prisión preventiva, sin acusación judicial y en aislamiento, las autoridades polacas liberaron al reportero ruso-español Pablo González Yagüe, tras un canje de 26 prisioneros acordado entre Estados Unidos y sus aliados europeos con Rusia.
La FAPE ha transmitido las felicitaciones a su familia y al grupo de apoyo y ha expresado “la enorme satisfacción de la FAPE por este hecho, tras una angustiosa espera de casi dos años y medio, ya que la situación personal de Pablo, últimamente en la prisión polaca de Radom, era a todas luces inhumana, con largos periodos de incomunicación familiar y aislamiento carcelario. Lo más grave era además, que sobre él no había acusación judicial alguna, ni fecha de juicio, lo que es intolerable en un país de la Unión Europea y una evidente afrenta a la libertad de prensa”.
Desde el primer momento de su detención la FAPE, junto a otras organizaciones profesionales españolas, y las federaciones Internacional y Europea de Periodistas, llevaron a cabo intensas campañas nacionales e internacionales para su liberación y la demanda de un juicio con garantías. Pablo Gonzalez, freelance que trabajaba para varios medios españoles y extranjeros, fue detenido cuando realizaba entrevistas a refugiados ucranianos que huían de su país como consecuencia de la guerra con Rusia. Su detención, aunque no se aportaron pruebas, fue justificada en base a sospechas de espionaje en favor de Rusia, extremo que no se ha podido demostrar. En este momento, Pablo se encuentra en Moscú, en compañía de su familia, otra parte de la cual reside en Euskadi, como su compañera Oihana Goiriena.
Tanto en el Congreso de los Diputados de España, como en el Parlamento Europeo en Bruselas, en la Asamblea Anual de la Federación Europea de Periodistas en Pristina (Kosovo) y, más recientemente, delante del Consulado de Polonia en Madrid, la FAPE junto con Reporteros sin Fronteras, las organizaciones sindicales de CCOO, UGT, ELA, la Asociación de Periodistas Vascos, la Asociación de Periodistas de Investigación y los Colegios Profesionales, por vez primera unieron sus fuerzas en una sola voz para clamar con energía por la liberación de Pablo González, que finalmente se ha conseguido, por el bien de la profesión y el final de una situación a todas luces injusta e inhumana.