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La APT muestra su pesar por el fallecimiento de María Rosa Alonso

La Asociación de la Prensa de Santa Cruz de Tenerife (APT) quiere mostrar su pesar por la muerte de la escritora y periodista María Rosa Alonso, que falleció la pasada madrugada en el Puerto de la Cruz. Alonso, de 100 años de edad, era Miembro de Honor de la organización desde 1982. La periodista desarrolló una dilatada labor en el ámbito del periodismo canario, que tuvo su origen en los años treinta del siglo XX, en el rotativo La Tarde.

Una dilatada trayectoria

La junta gestora de la APT quiere transmitir a la familia de la escritora y periodista –de manera singular a su sobrino Elfidio Alonso, integrante también de este colectivo– su más sentido pésame por un fallecimiento que nos entristece a todos. Su prolífica actividad periodística, a la que unió una vasta trayectoria literaria, continuó en La Prensa y luego, como redactora, en el republicano tinerfeño Hoy, de la facción moderada leal a Lerroux. Conserva de entonces el carné de periodista expedido con el visto bueno del gobierno civil de la provincia en 1933, como apunta el periodista y escritor Eliseo Izquierdo en su libro Periodistas de Canarias. En 1930 participó con Domingo López Torres en la aventura de la revista Altavoz, que dirigió Pedro García Cabrera. Fue redactora y secretaria de redacción de Cuadernos de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de La Laguna (1942-1952). En Venezuela fundó la revista Humanidades de la Universidad de los Andes, en la que figuraba como subdirectora, aunque fue ella, en la práctica, la directora y alma de la publicación entre 1959 y 1964. Sus artículos de juventud los firmaba con el seudónimo María Luisa Villalba, pues “en esa época no estaba bien visto en determinados círculos de la sociedad insular que una joven escribiera en los periódicos”, según ella misma había manifestado en más de una ocasión. También utilizó, especialmente en Revista de Historia, el seudónimo M. R. Solano. Realizó una importante labor como articulista, sobre todo en el matutino tinerfeño El Día. También escribió con bastante asiduidad en los ya desaparecidos periódicos grancanarios Falange y Diario de Las Palmas.

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