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Juan de Dios Ramírez Heredia presenta en la Asociación de Periodistas de Almería el informe “¿Periodistas contra el racismo?” 2017

El periodista y ex diputado calificó el estudio como una herramienta importante para buscar datos sobre el racismo en las distintas comunidades autónomas
Covadonda Porrúa, Juan de Dios Ramírez Heredia y José María Granados

Covadonda Porrúa, Juan de Dios Ramírez Heredia y José María Granados

El aula de comunicación de la Asociación de Periodistas-Asociación de la Prensa de Almería (AP-APAL) sirvió de escenario para la presentación de la publicación “¿Periodistas contra el racismo?“, informe 2017, a cargo de Juan de Dios Ramírez Heredia, presidente de la Unión Romaní, periodista, abogado, exdiputado por Almería y ex parlamentario europeo.

Ramírez Heredia destacó que el libro, del que se repartieron ejemplares entre los asistentes, es una herramienta importante para buscar datos sobre el racismo en las distintas comunidades autónomas y destacó la utilidad de la publicación. Un numeroso grupo de personas se dieron cita en la sede de la Asociación de la Prensa para seguir la presentación, así como representantes institucionales como el subdelegado del Gobierno, Manuel de la Fuente; la concejal delegada del Área de Familia e Igualdad de Oportunidades del Ayuntamiento de Almería, Rafaela Abad, y la concejal portavoz del grupo municipal del PSOE, Adriana Valverde.

La ONG Unión Romaní, que preside Ramírez Heredia, es la responsable de la publicación de la 14ª edición del informe ¿Periodistas contra el racismo? La prensa española ante el Pueblo Gitano 2017, un estudio en el que se han analizado en profundidad un total de 2.331 noticias de 406 medios de comunicación, así como seis programas de televisión. Y en el que se destaca que el 18,40 % de las informaciones escritas en prensa recibieron un tratamiento negativo; que en las noticias sobre agresiones, droga, ley gitana y policía esta cifra asciende a más del 70 % y que los medios de comunicación españoles no consultan fuentes gitanas en casi el 70 % de las informaciones publicadas sobre este pueblo.

Financiado por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, el informe constata, un año más, que el discurso del odio contra la comunidad gitana sigue muy presente en los medios de comunicación, especialmente en las informaciones que tratan temáticas como delincuencia, drogas, cárceles… y también en los programas de televisión y en las redes sociales. Aunque los periodistas tienden a la neutralidad –las informaciones clasificadas como neutras alcanzaron un aumento destacado respecto al 2016– las informaciones negativas siguen manteniéndose en la prensa escrita y digital con un índice similar respecto el anterior estudio. Pero lo más preocupante es que las piezas valoradas como positivas han caído en picado, lo que supone un gran retroceso y es motivo de alerta, sobre todo teniendo en cuenta la situación política y social, con un viraje cada vez más claro hacia la derecha y la extrema derecha, con discursos xenófobos y racistas que tienen cada vez más calado en la sociedad.

La idea en la que Ramírez Heredia hizo más hincapié hizo durante su intervención fue la necesidad de que el pueblo gitano tenga en los medios de comunicación el lugar que le corresponde, porque, dijo, “nada servirá para nada si no ganamos la batalla en ellos”. Aseguró también, que el pueblo gitano seguía sufriendo racismo y distinción social, pese al avance experimentado en los últimos años que, según su entender, no ha bastado para salir del último lugar.

La presidenta del Colegio de Periodistas en Almería, Covadonga Porrúa y el presidente de la AP-APAL, José María Granados, fueron los encargados de presentar al presidente de Unión Romaní, del que recordaron su vinculación a Almería durante su etapa parlamentaria, ya que fue diputado por la provincia. Ambos hicieron una reflexión sobre la actuación profesional que debe llevarse a cabo desde ese principio de responsabilidad que está recogido en el Código Deontológico que hace referencia explícita a cómo actuar para evitar la discriminación y la incitación al odio y la violencia. En concreto, especifica que el periodista debe “abstenerse de aludir, de modo despectivo o con prejuicios a la raza, color, religión, origen social o sexo de una persona o cualquier enfermedad o discapacidad física o mental que padezca”, y añade que “debe también abstenerse de publicar tales datos, salvo que guarden relación directa con la información publicada”.

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