El presidente de la FAPE, Nemesio Rodríguez, ha descrito al homenajeado como “un visionario que se dio cuenta de que los pueblos y las naciones solo pueden prosperar si hay libertad de expresión, de intercambio de ideas y de pensamientos”

La ciudad de Huelva rindió ayer homenaje a uno de sus hijos ilustres y padre de la libertad de prensa en España, José Isidoro Morales, en el bicentenario de su muerte y en cumplimiento del acuerdo unánime del Pleno del Ayuntamiento. En este marco, el presidente de la FAPE, Nemesio Rodríguez; el alcalde de Huelva, Gabriel Cruz; y la vicerrectora de Extensión Universitaria y Relaciones Institucionales, Joaquina Castillo han presidido la inauguración de la calle que, a partir de ahora y, a instancias de la Universidad de Huelva (UHU), recordará la impronta de este intelectual, en las inmediaciones del campus universitario del Carmen, en el último tramo de la calle Belice.

Además, se inauguró una estela conmemorativa en el número 14 de la calle Rico, un tótem que el Ayuntamiento, la FAPE y la Asociación de la Prensa de Huelva dedican a su recuerdo en el lugar de la calle Rico donde estuviera la casa natal de Morales.

En este acto de homenaje, Nemesio Rodríguez, presidente de la FAPE, ha puesto de relieve que este homenaje es “como si nos dedicaran una calle a todos los periodistas de España. José Isidoro Morales fue un visionario que se dio cuenta de que los pueblos y las naciones solo pueden prosperar si hay libertad de expresión, de intercambio de ideas y de pensamientos. Y hablamos de una libertad que nunca debemos dar por conquistada definitivamente, que hay que seguir defendiendo. Tenemos que seguir peleando por ella”.

Asimismo, ha señalado que “una muestra de los problemas que ha tenido la libertad de expresión en nuestro país es que ha sido el tema más legislado en todos los tiempos”.  Una prueba de ello fue “la Constitución de Cádiz de 1812, que fue derogada dos años después y con ella desapareció durante un tiempo la libertad de expresión. Cuando los absolutistas tomaban el poder la derogaban; o en la época de Franco, que lo primero que hizo tras ganar la Guerra Civil fue derogarla, cerrar los medios y poner los que quedaron bajo el control de la dictadura”.

Por su parte, el alcalde de Huelva, Gabriel Cruz, ha declarado que, con la calle y la estela dedicadas a Morales, la ciudad manifiesta “su reconocimiento a un onubense ilustre del que tenemos muchísimas razones para sentirnos orgullosos. Un ilustrado cuya aportación fue descubierta por el trabajo de investigación del profesor de la Universidad de Huelva Manuel José de Lara, dándonos a conocer a un onubense del siglo XVIII que fue padre de la libertad de prensa y, entre otras cosas, participante activo en la Constitución de Cádiz de 1812”.

En palabras del regidor, “la aportación de José Isidoro Morales es uno de los grandes hitos que sitúan a Huelva en un lugar relevante en la historia del periodismo y los medios de comunicación, ya que, desde que se tiene memoria documental, en nuestra provincia se han publicado más de 700 periódicos y revistas.  Tenemos una Asociación de la Prensa más que centenaria y, además, en nuestra ciudad se creó, en 1937, Radio Huelva, la primera emisora pública con estudios de España que, junto a la de Salamanca, fue el origen de la red de emisoras de Radio Nacional”.

La vicerrectora, Joaquina Castillo, puso de manifiesto el agradecimiento al Ayuntamiento por la rotulación de esta calle y “la satisfacción de la UHU porque fue uno de nuestros profesores, como ha dicho el alcalde, quien reivindicó esta importante figura. Ya en 2008, desde la Universidad, coincidiendo con el 250 aniversario del nacimiento de José Isidoro Morales, le pusimos su nombre a nuestro maxiaulario, como estamos haciendo con diversas iniciativas para dar realce a distintos ilustrados de Huelva”.

BREVE BIOGRAFÍA DE JOSÉ ISIDORO MORALES

José Isidoro Morales (Huelva, 1758 – París, 1818) es uno de los onubenses más relevantes de todos los tiempos. Nacido en la calle Ricos de Huelva el 4 de abril de 1758, fue matemático y teórico de la educación e intervino en todos los debates de la actualidad política e intelectual de su época. En un momento de gran efervescencia científica y cultural, se relacionó con los primeros nombres de la Ilustración española y francesa, fue padre de la libertad de prensa en España y publicó tratados sobre educación en los que defendía la renovación de los estudios de las universidades y una enseñanza moderna para las mujeres, así como obras de matemáticas que fueron pioneras en la ciencia moderna.

De todas las facetas de su personalidad, sin duda la más relevante para la Historia de España fue su intervención en la formulación de la libertad de prensa. Llamado por Jovellanos en 1809 para participar en la Junta de Instrucción Pública, que habría que elaborar un dictamen sobre dicha libertad a partir de las proposiciones de Lorenzo Calvo de Rozas y Álvaro Flórez Estrada, José Isidoro Morales intervino de manera decisiva en los debates y, en diciembre de ese año, escribió la memoria que se elevaría como definitiva a la Comisión de Cortes. Esa Memoria sobre la libertad política de la imprenta se publicaría en Sevilla a expensas de la Junta Central Suprema. Sobre esa memoria, y en especial sobre el proyecto de ley que Morales redactó con este propósito, las Cortes de Cádiz elaboraron su decreto de libertad de prensa, que se aprobaría por primera vez en España en noviembre de 1810 y se incorporaría al articulado de la Constitución de 1812.

En materia científica, la Memoria matemática sobre el cálculo de la opinión en las elecciones fue, sin duda, su punto culminante.

Doble doctor en filosofía y teología, canónigo de la catedral de Sevilla y miembro de la Real Sociedad Económica de Sevilla, de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras y de la Real Academia de Bellas Artes, de Madrid, José Isidoro Morales fue un nombre destacado de la Ilustración española. Habiendo colaborado con la administración de José Bonaparte, se exilió en 1813 a Francia. Admirado allí por Humboldt, y amigo de los principales intelectuales afrancesados, murió en París el 29 de octubre de 1818, siendo enterrado en el cementerio del Père Lachaise.