Por Juan Antonio Carreras Espallardo
Nos deja uno de los mejores periodistas de investigación que ha habido en nuestra tierra. Se va además el mismo día que lo hizo Félix Rodríguez de la Fuente. José Luis Salanova Fernández a pesar de haber nacido en Valencia (8 de agosto de 1944) vivió sus mejores momentos en nuestra Región, entre Murcia y Cartagena, donde dejó raíces. Se marcha con 70 años de edad, tras una larga enfermedad
José Luis Salanova a la derecha de la imagen, con Antonio Ferrandis “Chanquete”
Periodista y escritor, de los buenos, en la década de los ochenta vivió sus momentos más destacados. Los que conocen a José Luis Salanova saben que tenía alma de detective, llegaron a bautizarle con el apodo de Comisario Salanova. Cuando ocurría un suceso era el primero en enterarse y daba un salto de la silla para ir al lugar de los hechos y obtener los datos de primera mano. Era un periodista de calle, cuando no existía Internet, cuando la inmediatez de la noticia se conseguía corriendo hacia el lugar del suceso, sin teléfonos móviles, llamando desde una cabina a la redacción para informar.
También escribió varios libros: “Conspiradores y tontos útiles”, “El Resucitado de Abarán” y el último, que ha llegado a su cuarta edición: “El misterio continúa. Casos y crímenes sin resolver de la Región de Murcia”, donde Salanova afirma que “El periodismo manipulado deseaba, y continúa deseando, triunfar a toda costa contra el verdadero periodismo. Ante esto, no debemos olvidar que el redactor de sucesos no es un testigo neutral y frío, es, y siempre debe ser, un observador comprometido con su profesión y con la sociedad”. “El crimen de las tres copas” o “¿Continua vivo Juan Pedro Martínez?” son algunos de los capítulos de este libro, en el que podemos sumergirnos en los casos de mayor impacto que ocurrieron en la Región de Murcia a finales del siglo XX, y en los que el Comisario participó cuando era redactor.
Recibió el premio de Periodismo “Ortega y Gasset” compartido con su compañero Joaquín García Cruz, en atención a la labor de investigación periodística que realizaron los dos redactores cuando intentó sobornarlos un consejero de la Comunidad de Murcia y que finalmente llevaron a la dimisión del propio presidente, Andrés Hernández Ros, al más puro estilo Watergate.
Además de todo eso, Salanova ha sido mi padrino no oficial, un buen amigo, uno más de la familia, una persona a la que le debo mucho de lo que soy ahora, un referente, una inspiración, un gran hombre.
