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El periodista debe tener especial sensibilidad al informar de contenido eventualmente discriminatorio o susceptible de incitar a la violencia

La vicepresidenta de la FAPE, Teresa Pérez Alfageme, participó en la jornada “Los delitos de odio sobre las personas con discapacidad” organizada por Famma-Cocemfe Madrid
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Foto de familia de los participantes en la Jornada

La Federación de Asociaciones de Personas con Discapacidad Física y Orgánica de la Comunidad de Madrid (FAMMA-Cocemfe Madrid) fue la organizadora de la Jornada “Los delitos de odio sobre las personas con discapacidad” que reunió en el Gabinete de Coordinación y Estudios del Ministerio del Interior a numerosos expertos y autoridades para analizar la incidencia de este tipo de delitos sobre el colectivo de personas con discapacidad en nuestro país, de forma previa al Día Internacional de las Personas con Discapacidad, que se conmemora el 3 de diciembre.

Durante la jornada se presentó un informe sobre los delitos de odio sobre el colectivo de personas con discapacidad en España durante el año 2015 y se analizó la situación legal de las personas con discapacidad ante este tipo de delitos.

Expertos de todos los ámbitos, particularmente del policial, de la judicatura, de la Fiscalía, así como de los medios de comunicación, y autoridades de instituciones del Estado como El Defensor del Pueblo, incidieron en la necesidad de garantizar la protección de las personas con discapacidad ante este tipo de delitos, que experimentaron un repunte a lo largo de 2015, en el que se registraron 226 casos.

En la jornada, la vicepresidenta de la FAPE, Teresa Pérez Alfageme, analizó el tratamiento informativo y el papel de los medios de comunicación ante los delitos de odio, “claramente de compromiso con las libertades y con el respeto a la dignidad humana”, dijo.

Pérez Alfageme explicó que es responsabilidad de las empresas informativas cumplir lo que marca la Constitución y el Código Deontológico del Periodismo, que recoge que, en el marco de las libertades civiles, la actividad periodística es clave en el desarrollo de los derechos fundamentales sobre la libre información y expresión de ideas. Pero también se pone de manifiesto que se ha de tener en cuenta que esa libertad de expresión e información está sometida a límites, aquellos que vulneran otros derechos fundamentales como el derecho al honor, a la intimidad y a la propia imagen.

La vicepresidenta de la FAPE señaló que el periodista debe extremar su celo profesional en el respeto a los derechos de los más débiles y los discriminados, por lo que debe mantener una especial sensibilidad en los casos de informaciones  u opiniones de contenido eventualmente discriminatorio o susceptible de incitar a la violencia o a prácticas humanas degradantes. Para ello, debe abstenerse de aludir de modo despectivo o con prejuicios a la raza, color, religión, origen social, sexo o cualquier enfermedad  o minusvalía; debe abstenerse de publicar tales datos, salvo que guarden relación directa con la información publicada; y debe evitar expresiones o testimonios vejatorios o lesivos. “Si todos los periodistas cumpliésemos con estas premisas, el tratamiento informativo sobre delitos de odio sería de otra manera”.

Teresa Pérez Alfageme recordó que para velar por el cumplimiento del Código Deontológico del Periodismo funciona la Comisión de Arbitraje, Queja y Deontología del Periodismo, y dio cuenta de algunos de los casos que ésta ha tratado relacionados con delitos de odio. Además, sugirió la posibilidad de que desde este órgano de autorregulación se pueda elaborar un informe sobre el tratamiento de los delitos de odio en los medios de comunicación, para lo que invitó a los colectivos interesados a trasladar esta petición a la Comisión.

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