La FAPE, junto a Reporteros Sin Fronteras, ya consiguió que España trasladara ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas la posibilidad de considerar crímenes de guerra los ataques contra reporteros en conflictos armados
El ministro de Exteriores en funciones, José Manuel García-Margallo, junto a la presidenta de la FAPE, Elsa González, en la inauguración de una jornada sobre periodismo en Tarragona
Con motivo de la celebración del Día Mundial de La Libertad de Prensa, el ministro de Asuntos Exteriores en funciones, José Manuel García-Margallo, ha enviado una carta al secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, en la que España sugiere la creación de la figura de Representante Especial para la seguridad de los periodistas.
Este representante tendría, según la carta enviada por el ministro a Ban Ki-moon, “una posición central en el sistema de Naciones Unidas y ejercería importante funciones de coordinación, alerta precoz, información y prevención”. Su principal tarea consistiría, informa Reporteros Sin Fronteras, en supervisar que los Estados Miembros respeten todas sus obligaciones respecto a la legislación internacional en materia de protección de los periodistas, con especial énfasis en la lucha contra la impunidad en la que suelen quedar los crímenes contra los profesionales de los medios.
En su misiva, el ministro español de Exteriores recuerda al secretario general de la ONU el debate celebrado el 27 de mayo de 2015 por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas sobre la protección de periodistas en conflictos armados, en el que España presento una propuesta, a iniciativa de la FAPE y de Reporteros Sin Fronteras, para que la persecución de los delitos contra los periodistas sea considerada como crímenes de guerra. En ese mismo debate se adoptó la resolución 2222 para que los Estados Miembros adopten las medidas necesarias para garantizar la protección y la seguridad de los profesionales de la información.
En este sentido, la FAPE ha destacado en reiteradas ocasiones la necesidad de que los asesinatos de periodistas no queden impunes, como ocurre en numerosos países, y no solamente en aquellos que se hallan en situación de conflicto, y de que sean juzgados por una Corte Penal Internacional. En muchos lugares del mundo “matar al mensajero” es gratis y resulta la forma más cruel de aplicar la censura a través del miedo. Sin periodismo libre no se pueden crear sociedades de derechos, puesto que es la base para el establecimiento de democracias y la salud de las mismas.
La Federación considera esencial, de acuerdo con los reporteros afectados, que prospere la plataforma que promueven los grandes medios de comunicación para que, de forma obligatoria, los periodistas que se desplazan a zonas de conflicto, sean de plantilla o freelances, realicen un curso de autoprotección para desenvolverse en zonas de riesgo, y señala la necesidad de incrementar los seguros de protección de los informadores.
