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Disminuye el número de países seguros para los periodistas, según la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2019 de Reporteros Sin Fronteras

En los últimos 18 meses la Organización ha registrado en Cataluña cerca de 40 casos de ataques a profesionales de la información, que van de los insultos a las agresiones físicas

RSFSigue reduciéndose el número de países que se considera seguros –aquellos en los que los periodistas pueden ejercer su oficio sin correr peligro–, mientras que crece el control que ejercen los regímenes autoritarios en los medios de comunicación.

La Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa, que evalúa cada año la situación del periodismo en 180 países y territorios, revela la instauración de una mecánica del miedo muy perjudicial para el ejercicio del periodismo. La hostilidad hacia los periodistas, e incluso el odio transmitido por dirigentes políticos en numerosos países, ha dado lugar a actos violentos cada vez más graves y frecuentes, lo que incrementa los peligros que afronta la prensa y causa unos niveles de temor inéditos en algunos lugares.

“Si el debate político cae de forma encubierta o manifiesta en un ambiente de guerra civil, en el que los periodistas se vuelven víctimas expiatorias, los modelos democráticos corren un gran peligro”, advierte Christophe Deloire, secretario general de Reporteros Sin Fronteras (RSF).

En la Clasificación 2019, Noruega conserva el primer puesto por tercer año consecutivo, mientras que Finlandia (+2) ocupa el segundo, superando a los Países Bajos (4º, -1), donde dos periodistas especializados en el crimen organizado deben vivir bajo protección policial permanente. Hay buenas noticias en el continente africano: Etiopía (110º, +40) y Gambia (92º, +30) registran avances significativos.

Algunos regímenes autoritarios descienden en la Clasificación. Es el caso de Venezuela (148º, -5), donde los periodistas se enfrentan a detenciones y agresiones por parte de las fuerzas del orden. También el de Rusia (149º, -1), donde el gobierno incrementó las presiones que ejerce sobre los medios de comunicación independientes y el control de internet, valiéndose de detenciones, registros arbitrarios y leyes liberticidas.

 Solo un 24% de los 180 países y territorios registran una situación “buena” (zona blanca) o “más bien buena” (zona amarilla); mientras que el año pasado era un 26%. En Estados Unidos (48º) se registra un clima aún más hostil, más allá de las agresiones verbales de Donald Trump contra la prensa, por lo que el país baja tres posiciones en 2019 y se sitúa en la zona “naranja”, lo que indica que la situación es problemática. Nunca los periodistas estadounidenses habían recibido tantas amenazas de muerte ni habían tenido que recurrir a empresas privadas para garantizar su seguridad.

En Brasil (105º, -3), desde la campaña electoral, la prensa se ha convertido en blanco de los partidarios de Jair Bolsonaro, tanto en el espacio digital como en el mundo real.
ESPAÑA EN LA CLASIFICACIÓN MUNDIAL 2019

España ocupa el puesto 29 en la tabla de 2019. Aunque suba dos puestos respecto a la Clasificación de 2018 y esté en la zona amarilla (situación satisfactoria), este ascenso no representa una mejora absoluta, sino un deterioro relativamente menor que otros vecinos de tabla.

Al igual que en otros países democráticos occidentales, el odio a los periodistas se ha hecho presente en España. Por un lado, RSF observa una clara mejora de la situación en Cataluña, que era muy tensa, aunque esta región sigue siendo un terreno hostil para los reporteros de radio y televisión. La extrema polarización de la política catalana acabó por contagiar a los medios de comunicación y a sus audiencias; así, los periodistas se han convertido en una de las principales víctimas de las hostilidades. En los últimos 18 meses RSF ha registrado en Cataluña cerca de 40 casos de ataques a periodistas, que van de los insultos a las agresiones físicas.

La reforma de la Radiotelevisión Española (RTVE), que fue aprobada en 2017 para poner fin a la manipulación del gobierno de Mariano Rajoy, fue una buena noticia para la libertad de prensa en España. Sin embargo, ésta aún no se ha puesto en práctica porque los partidos políticos no se han puesto de acuerdo respecto al proceso de renovación del presidente y del consejo de administración del grupo audiovisual.

Por otro lado, en 2018 se dictaron condenas por delitos como: hacer apología del terrorismo, insulto a la corona y ofensa “a los sentimientos de los miembros de una confesión religiosa”, lo que creó un clima perjudicial para la libertad de información.

En el otoño de 2018 se registró un caso grave de intento de violación al secreto de las fuentes de información periodísticas: la policía española requisó los teléfonos y ordenadores portátiles de dos periodistas que investigaban un caso de corrupción para identificar quién había filtrado la información.

En lo que respecta a la Ley de Seguridad Ciudadana, conocida como la “ley mordaza”, la tan esperada reforma sigue sin realizarse, por lo que esta ley continúa representando una fuerte amenaza para la libertad de prensa.

Se puede consultar aquí la Clasificación completa

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