La FAPE se une a la FIP, a la que pertenece, en su exigencia de una investigación profunda y el pronto esclarecimiento de este caso, y urgen a las autoridades a redoblar esfuerzos y medidas para garantizar el derecho al trabajo de la prensa
La Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) se suma a la Federación Internacional de Periodistas (FIP), a la que pertenece, y a su afiliado, el Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa de México en la exigencia de una investigación profunda y el pronto esclarecimiento del asesinato de Víctor Alfonso Culebro Morales en Chiapas (México). Estas organizaciones urgen a las autoridades a redoblar esfuerzos y medidas para garantizar el derecho al trabajo de la prensa en el país centroamericano.
Según informaron medios locales, el cuerpo del periodistas de 39 años fue encontrado, el pasado 28 de junio, atado de pies y manos, con el rostro tapado y con impactos de bala. Sus familiares habían denunciado su desaparición 24 horas antes de que fuera hallado su cadáver.
Desde la página informativa Realidades, que administraba, Culebro Morales informaba sobre variados aspectos de la realidad de Chiapas, en el sur mexicano, incluyendo temas de seguridad, como las crecientes desapariciones de personas, que sumaron 27 casos en las dos semanas previas a su desaparición y posterior muerte, o el impacto de los crímenes violentos en la vida diaria de la comunidad.
Tras el asesinato de Víctor Alfonso Culebro, el Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa (SNRP) de México ha recordado en un comunicado que en los últimos seis meses asciendan a cuatro los periodistas que han sido asesinados en su país y sus casos están en la impunidad, ha advertido que en el gremio crece la indignación y la rabia y ha exigido a las autoridades que solucionen este nuevo crimen en contra de un periodista, “que no quede sin solución y que ahora se detenga a los culpables”.
Según organizaciones locales, en México hay un ataque contra medios y trabajadores de prensa cada 13 horas y el 98% de ellos resultan impunes, lo cual lo transforma en uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo.
