Antonio Fontán. Un héroe de la libertades el título del último libro sobre el expresidente de la Comisión de Quejas, hoy Comisión de Arbitraje, de la FAPE, que fue presentado ayer en la Asociación de la Prensa de Madrid. Obra del catedrático de Lengua y Literatura latinas Agustín López Kindler, la biografía editada por Rialp abunda en la trayectoria humana y profesional de este “héroe de la libertad de prensa”, título que le adjudicó el Instituto Internacional de Prensa.

La vicepresidenta de la APM y miembro de la Comisión de Arbitraje de la FAPE, Marisa Ciriza.

Marisa Ciriza, miembro de la Comisión de Quejas y Deontología de la Federación de Asociaciones de la Prensa y vicepresidenta de la Asociación de la Prensa de Madrid, recordó con agradecimiento los años en que Fontán la presidió, “impulsando la aplicación de nuestro Código Deontológico y de sus principios fundamentales de compromiso por la verdad, la libertad de información de los profesionales y el derecho de los ciudadanos a recibirla, así como el respeto por las personas de toda clase y condición a quienes afecte la labor de los periodistas. Fue generoso en su dedicación. Riguroso a la hora de estudiar los dictámenes. Y sencillo y templado al asumir colectivamente el resultado de las Resoluciones. Desde 2004, la Comisión de Arbitraje ha aprobado un elevado número de estas Resoluciones que en palabras del propio Fontán constituyen ya un archivo de jurisprudencia ética del periodismo.”

Homenaje particular a quien fue “maestro de filólogos, maestro de periodistas y maestro de políticos”, el libro también es hondo testimonio de la amistad que unió a Fontán y a López Kindler cuando ambos eran profesores de latín en la Pamplona de finales de los años cincuenta. López Kindler sería el primer doctorando formado por don Antonio. En estos años, el hoy sacerdote se sometería a una experiencia de privilegio, lo que él llama el “coaching by Fontán”, cuya maestría todavía puede verse –en la política o las letras- en el número de discípulos que dejó esta figura clave en la Transición española”, explica Ana Castro, en +Suma Cultural.

López Kindler recuerda en el libro aquellos tiempos –década de los sesenta- en que Calvo Serer y Fontán alumbraron el citado Madrid, modelo de aperturismo en tiempos de Franco. En aquellos tiempos, en efecto, como recalca el autor del libro, “la misión de Fontán no fue solamente política; no consistió en manejar todo lo que entonces se llamaba oposición en España y se aglutinó en torno a Madrid”, sino que también consistió en “poner altura periodística” al proyecto, “con su experiencia y con su saber hacer”. Como ya hizo en su primera empresa informativa, La actualidad española, allí fue un magnífico “formador de periodistas”. No en vano, como recuerda López Kindler, son diversos los autores que consideran a Fontán “dinamizador real de las enseñanzas de periodismo en la Universidad”, una labor que hoy tiene “su fruto más granado y perenne en la facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra”. Como recuerda el autor de “Antonio Fontán. Un héroe de la libertad”, al fin y al cabo, la comunicación estuvo en la base de cuanto hizo su biografiado: lo mismo la lengua y la literatura que el periodismo y la política.

De hecho, entre el público, se encontraban representantes del diario Madrid y Marisa Ciriza recordó refiriéndose a ellos que, bajo la dirección de Antonio Fontán, entre todos escribieron una página de oro del periodismo español.

Agustín López Kindler