La Asociación Salmantina de Periodistas celebra al Día del Patrón de los periodistas y escritores, San Francisco de Sales, con un comunicado
“La prensa es la artillería de la libertad”, dijo Hans Christian Andersen, escritor y poeta famoso por sus cuentos infantiles. Cita muy adecuada para recordar hoy, 24 de enero, día que se celebra al patrón de los periodistas y escritores, San Francisco de Sales. Este santo compartía con el dramaturgo danés su afán por contar historias, por llegar a los demás, a todos los posibles, con unas grandes habilidades comunicativas.
Ya el año pasado, en un texto similar a éste, repasábamos algunas de las claves de la biografía de quien fue obispo de Ginebra, que dedicó su vida a evangelizar, escribir y acompañar a la opinión pública con sus palabras. Algo que es, en esencia, puro periodismo.
Si el 2020 fue el año de la pandemia, muy complejo a todos los niveles, con los periodistas (al menos algunos) como focos en lucha contra las fake news y los bulos crecientes, dignificando el oficio de contar lo acontecido, de informar sobre la verdad; 2021 se transformaba en el año de la esperanza renovada, de las vacunaciones masivas, de la vuelta paulatina a la “normalidad” (que no ha llegado del todo), de los test de antígenos y de la convivencia (relativa) con el virus. En todo esto, los periodistas han seguido ejerciendo su labor informativa y, de nuevo, siguiendo las tres máximas que predicaba San Francisco: rigor, moderación y caridad. Con exactitud y precisión, conteniendo el amarillismo y la polémica, y siempre, siempre, siempre, realizando una labor con humanidad y el otro (en forma de los lectores) en mente.
Se exige mucho de la prensa. Pero a veces se olvida que quienes están detrás de los titulares son personas también, con sus inquietudes, sus intereses y sus problemas. El periodismo es una profesión dura, sin horarios, muy sacrificada y, por desgracia, denostada por parte de la sociedad. Y es una profesión que precisa de buenos profesionales. De buenos periodistas, que deberían ser buenas personas, como proclamaba Kapuscinski.
Hay mucho que hacer para volver a dignificar esta profesión que, históricamente, siempre ha sido considerada con el Cuarto Poder. No es fácil, pero está en nuestra mano. En la de todos los periodistas. Día a día, grano a grano. Porque los periodistas seguimos siendo necesarios. Quizá más que nunca. Desde luego, el periodismo no es un cuento. Ya lo dijo Gabriel García Márquez: “El periodismo es el mejor oficio del mundo”. Asimismo, el colombiano aseguraba que “ser periodista es tener el privilegio de cambiar algo todos los días”. Saquemos la artillería. ¿Por dónde empezamos?