Hasta el ciudadano más insensible o el más escéptico ante la credibilidad de los medios informativos se queda conmocionado con el último asesinato de un periodista, esta semana, en México, que eleva ya la cifra a catorce víctimas de la violencia salvaje en los últimos doce meses
Buen número de cabeceras mexicanas acudieron a una huelga simbólica exigiendo medidas legales y políticas para frenar esta escalada criminal. Pero tal decisión es insuficiente a pesar de su carga simbólica. En esta situación angustiosa, es preciso proclamar nuestra solidaridad con todos nuestros colegas y articular las medidas de presión necesarias para que las autoridades correspondientes no solo se limiten a garantizar el libre desarrollo informativo sino algo aún más elemental: la propia vida de los periodistas.
Creemos que corresponde también a organismos internacionales intervenir de la forma más rotunda en todas las acciones que sean convenientes. Por todo ello, la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) quiere insistir en su solidaridad con los colegas mexicanos. Y hace un llamamiento en favor de esta internacionalización de cualquier campaña de condena y amparo, tanto en el continente americano como en Europa.
La FAPE se solidariza también con la Federación de Periodistas de América Latina y el Caribe (FEPALC), con la que mantiene un convenio de vinculación, que ha emitido un comunicado mostrando su horror ante la situación que atraviesa el periodismo en México con motivo del reciente asesinato de Javier Valdez Cárdenas.
¡PAREMOS ESTE HORROR! (COMUNICADO DE LA FEPALC)
La Federación de Periodistas de América Latina y el Caribe (FEPALC) ve con horror el asesinato del periodista Javier Valdez Cárdenas quien trabajaba para el diario nacional La Jornada y el semanario local Río Doce, de Sinaloa. Este es el sexto periodista asesinado en lo que va del 2017.
Es frustrante ver cómo el crimen organizado silencia las voces que informan con libertad. Este es un golpe nefasto para los periodistas mexicanos quienes se debaten entre el horror y la impotencia de ver un Estado ineficiente para combatir la impunidad.
Para la FEPALC sólo una justicia efectiva en los crímenes contra nuestros colegas podrá frenar esta barbarie. Por ello demanda una respuesta robusta ante tan desgarradora situación.
La FEPALC ve con especial preocupación las condiciones de seguridad para el ejercicio del periodismo en México. De mantenerse esta tendencia criminal el 2017 podría llegar a ser el año más mortífero para nuestros colegas. Eso es inadmisible. Y más cuando toda la comunidad internacional ha presionado a quienes gobiernan dicho país para asumir compromisos reales para proteger a los periodistas, prioritariamente donde el ejercicio de la profesión se desarrolla en territorios tomados por el narcotráfico.
La FEPALC hace suya la posición del semanario Río Doce que subraya no tener ninguna duda de que el crimen de Javier Valdez tiene directa relación con su ejercicio profesional. Él venía recibiendo amenazas en las últimas semanas y ni el Estado ni su “mecanismo de seguridad”, cotidianamente criticado, fue capaz de mantenerlo a salvo. Esto demuestra la lentitud con que funcionan las instancias públicas cuando se trata de proteger la vida de los periodistas.
Este nuevo crimen nos sume en el más profundo dolor pero también despierta esa indignación que moviliza. La FEPALC se suma a las acciones de su afiliado el Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa de México (SNRP) que está en las calles clamando que ¡detengamos esto! No más crímenes. No más.
NO AL SILENCIO. (COMUNICADO DE LOS COLEGIOS PROFESIONALES DE PERIODISTAS DE CATALUÑA, GALICIA, MURCIA, ANDALUCÍA, PAÍS VASCO, LA RIOJA, CASTILLA Y LEÓN, NAVARRA Y ASTURIAS)
Este pasado 15 de mayo, asesinaron al periodista mexicano Javier Valdez Cárdenas, fundador y reportero del semanario RíoDoce. Lo tirotearon en Culiacán (Sinaloa) a plena luz del día. Valdez era uno de los veteranos en la cobertura de temas de violencia y narcotráfico. Su libro Narcoperiodismo es ya una obra de referencia sobre el tema.
Valdez ha sido el sexto en lo que va de año.
En marzo asesinaron a otros tres periodistas a balazos en México: Cecilio Pineda, en Guerrero; Ricardo Monlui, en Veracruz; y Miroslava Breach, en Chihuahua. El 14 de abril ajusticiaron a Maximino Rodríguez, en la ciudad de La Paz; y el 2 de mayo, a Filiberto Álvarez, cronista de Morelos.
El mismo día 15 de este mes, solo horas después del asesinato de Valdez, tirotearon en Jalisco a la subdirectora comercial del semanario El Costeño y esposa de su propietario, Sonia Córdova, y a su hijo, Jonathan Rodríguez Córdova, que murió en el acto. A
finales de marzo, dejaron malherido a balazos a Julio Omar Gómez y mataron a su guardaespaldas en el Distrito Federal, y el mismo mes, el periodista Armando Arrieta recibió un tiro en Veracruz.
En 2016, México se convirtió en el tercer país del mundo con más comunicadores asesinados: 11, solo superado por Irak (15) y Afganistán (13), según datos de la Federación Internacional de Periodistas (FIP).
La violencia contra los informadores en México es un crimen que nos afecta a todos. Denunciar la impunidad que la ampara es una responsabilidad ineludible.
Los Colegios Profesionales de Periodistas, como representantes legales de la profesión, condenamos rotundamente esta situación y exigimos a las autoridades mexicanas que actúen para ponerle freno. Asesinar al periodista no mata la verdad.
El pasado 25 de marzo, tras el asesinato de su colega Miroslava Breach, Javier Valdez escribía en tuiter: “A Miroslava la mataron por lengua larga. Que nos maten a todos si esa es la condena de muerte por reportear este infierno. No al silencio.”
Junto a Valdez, nosotros también queremos gritar: NO AL SILENCIO.