La Federación considera una falta de respeto para los periodistas, los medios de información y, muy especialmente, para los ciudadanos, las manifestaciones del secretario general de Podemos, quien, al referirse a los profesionales que cubren habitualmente la información de su partido, afirmó que para “prosperar” en su carrera tienen que escribir noticias sobre su formación que “no tienen por qué ser verdad”, y personalizó su crítica en el periodista Álvaro Carvajal

Fotografías: Pablo Martín
Entendemos y compartimos la reacción de la mayor parte de los periodistas que abandonaron el acto en protesta por los ataques de Pablo Iglesias a su labor profesional.
Somos conscientes de que los periodistas no somos infalibles, y estamos expuestos a la crítica, si el dirigente político cree que existen indicios de estas u otras acusaciones le conminamos a que se dirija a la Comisión de Arbitraje, Quejas y Deontología del Periodismo, o, directamente, a los tribunales.
Desde la FAPE recordamos que no es la primera vez que los periodistas son objeto de crítica o burla por parte del secretario general de Podemos. Por eso, desde la organización profesional mayoritaria entre los periodistas españoles, reclamamos respeto y le recordamos el papel que ejerce el Periodismo en la defensa de las libertades y de la democracia, como garante del derecho del ciudadano, amparado por la Constitución, a recibir una información libre y veraz.
LA ASOCIACIÓN DE LA PRENSA DE MADRID TAMBIÉN CONDENA LOS ATAQUES DE IGLESIAS
La Asociación de la Prensa de Madrid (APM) condena rotundamente el ataque del líder de Podemos, Pablo Iglesias, contra el periodista de El Mundo Álvaro Carvajal, en particular, y contra la profesión periodística, en general.
En un acto en la Universidad Complutense, Iglesias dijo que Carvajal “y buena parte” de los periodistas que cubren la información sobre Podemos “están obligados profesionalmente” a “hablar mal” de este partido e incluso aderezó esta afirmación con ejemplos procaces.
La APM considera que los ataques de Iglesias suponen una intolerable vulneración de los derechos constitucionales a la información y a la libertad de expresión, pilares fundamentales de la democracia.
Con sus declaraciones, Iglesias ha tratado de desautorizar, desacreditar y coaccionar el ejercicio libre del periodismo, una de cuyas funciones básicas es el control independiente de los poderes, entre ellos el político, para denunciar los abusos que pudieran cometerse.
Los políticos podrán estar o no de acuerdo con lo que se publica, pero nunca deben presionar para que la información se ajuste a sus intereses particulares y no a los generales, obviando que los periodistas deben lealtad ante todo a los ciudadanos.
La APM recuerda a Iglesias que el respeto pleno al ejercicio de la profesión periodística es irrenunciable para asegurar la salud y el fortalecimiento de la democracia. Todo intento de limitar tal ejercicio, ya sea con normas restrictivas o mediante la coacción, debilita la democracia y priva a los ciudadanos de la información que necesitan para poder ser libres.
La APM rechaza en particular el ataque a la profesionalidad de Carvajal, en lo que parece una presión para que el periodista de El Mundo solo publique sobre Podemos las noticias que convienen a esta formación.
El hecho de que Iglesias haya pedido disculpas a través de un mensaje a través de Twitter queda desacreditado por su afirmación inmediata en la que sostiene que no debió “personalizar”, pero que dijo “la verdad”.
El señor Iglesias no puede, como diputado que es y, por lo tanto, representante político de todos los españoles, atacar de esa manera totalitaria el ejercicio de la libre información, que es una de las garantías esenciales de la salud democrática de nuestra sociedad. Y con mayor motivo si lo hace dentro del ámbito de la Universidad.